Ésta es la historia de los leones de la diosa Cibeles.
Los leones de Cibeles son dos, y tienen nombre: Atalanta e Hipómenes, que antes de ser leones, eran humanos
Atalanta era una bella y magnifica atleta. Retaba a sus numerosos pretendientes a una carrera, y se casaría con quién la ganase. Sin embargo, si el pretendiente pierde, Atalanta se lo carga.
Hipómenes era uno de esos pretendientes: está loco por Atalanta y decide pedir ayuda y consejo a la diosa Afrodita para poder ganar a la bella Atalanta en una carrera, y así conseguir su mano.
Afrodita accede a ayudarle, y a cambio, la diosa sólo le pide que el dia de su boda con Atalanta, le agradezca todo lo que ha hecho por él en un templo de Afrodita cualquiera. Ni siquiera un templo concreto; el primer templo de Afrodita que encontrase le venía bien a la diosa.
Gracias a la ayuda de Afrodita, Hipómenes consigue ganar a a Atalanta, por lo que finalmente se casan. Están todo el día de fiesta, y cuando acaba el día y se disponen a ir hacia su nuevo hogar para hacer uso del matrimonio, se les aparece Afrodita, muy enojada, y le dice a Hipómenes:
-Hipómenes, majo, enhorabuena por la boda, ya veo que te has echado una buena moza, pero... ¿no se te olvida algo?
Hipómenes se queda pensativo porque de primeras no sabe de lo que está hablando Afrodita, pero a los pocos segundos se da cuenta y contesta:
-Ah sí... si precisamente ibamos ahora hacia el templo, nos has pillado a mitad de camino...
Pero Afrodita que no es tonta, y que para eso es una diosa, sabe muy bien que no iban al templo a hacer la ofrenda, sino que iban a celebrar la noche de bodas (se lo debió ver en la cara a los recién casados), así que contesta al humano:
-Venga chaval, ¿te crees que las diosas somos tontas o qué? Me estás contando una bola, eres un desagradecido y pagarás por ello, ya que la ingratitud es el único pecado que no tiene perdón.
Así que Afrodita como castigo convierte a Atalanta y a Hipómenes en leones, y se los regala a la diosa Cibeles para que tiren de su carro por toda la eternidad.
Y sí, los convirtió en leones macho, a Atalanta también. Cosas de los griegos.
Agradecimiento a Ignacio, que es quién me contó esta historia
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminar